Tengo 38 años. Soy soltericiado ( divorciado pero me engaño a mi mismo diciendo que soltero), heterosexual, blanco, creyente...liberalconservador...en fin, soy un montón de cosas que aún quedan por definir.
Hace unos años, cuando tenía diecipocos o diecialgo, estaba convencido de muchas cosas, hoy no las tengo nada claras o , simplemente "he cambiado".
Formo parte de una familia numerosa catalogada de derechas. Algo hay. Seguro. Cuando el río suena, agua lleva, aunque todo esto es fácilmente matizable. A mi padre, bueno de santoral, le llamaron "rojo emboscado" quizá porque los falangistas no fueran tan distintos de los comunistas como se piensa aunque alguno de mis amigos, considere esta afirmación extremadamente desafortunada. Que nada haga mover los esquemas ideológicos en los que han crecido. Una familia de derechas donde los hijos leían el Jueves que recuerdo ojear en búsqueda de las viñetas eróticas.
El erotismo, el sexo, sin que, necesariamente, sean palabras del mismo campo semántico, el amor. Esas tres palabras revolotean, juguetonas, a lo largo de mi vida, las he intentado alcanzar y ellas se miran entre sí y , justo cuando las creo en mis manos, se me escurren de ellas, como si de agua se tratara.
Crecí en un sitio donde no había niños de mi edad, creo que eso, en cierto modo, me lastró en el colegio durante los primeros años. No era sociable. Mis hermanos eran todos mayores que yo, bastante más mayores que yo. No fueron fáciles los primeros años aunque guaro el recuerdo de ciertas personas de mi infancia, en concreto un niño de donde yo vivía hijo de una familia que regentaba un bar cercano y una chica a la que inocentemente, le pregunté si quería ser mi novia, ella contestó con un " pues vale", una falta de entusiasmo que era vaticinio. Con ella recuerdo jugar a médicos ¿qué tiene el culo que tanto nos atrae? no lo sé, pero éramos tan pequeños que ni siquiera recuerdo esas escenas con claridad. Ni falta que hace.
Aún no tengo claro si esto va a continuar, o si este será el único blog que escriba sobre mi, simplemente, tenía ganas de escribir algo .
